Pesadillas al bordear la tarde.
Asomada la luna hace un guiño
entre nube y nube,
recoge el mensaje : Todo es finito.
Un enterrador desbroza las hojas caídas y canta…
¡Traspasa no temas!
La puerta enrejada, se apoya en el quicio y chirría un lamento,
un lamento de vida, un lamento de sangre, un lamento
profundo …
Solo somos sombras de una pesadilla entre barrotes del sueño.
Somos sombra, de un
pasado terrorífico de cruces en el camposanto,
Elucubras:
La lapida cubre el recuerdo.
Sombreada la madre ayuna en la memoria
El padre con tantas batallas perdidas,
tanta lucha , tanta sinrazón…
manos que rasgaron la
piedra ,hoy son ceniza.
El ángel pétreo ilumina el camino.
La cruz la llevamos a
cuestas, hasta el día del fin
¿Y ese niño que llora abrazado a la muerte esquelética
y esa mujer con los ojos alzados al cielo…?
Todo es de mármol, frío retrato de un sufrimiento.
Frío,
hace frío y es verano,
la noche llega plomiza de lluvia,
atronadores rayos dan vida a la muerte.
Ulula el búho, el enterrador cena, sentado en una tumba,
sus ojos sonríen y desnudan tu cuerpo con mirada lasciva
La escoba caída, a sus pies, hojas secas.
Ojos y hojas sedientos.
La vida es solo un esbozo,
el escultor entre amaneceres y ocasos culmina su obra.