martes, 1 de abril de 2014

...sabor a miel y menta.



Azor que no levantó el vuelo
y quedose entre cielo y tierra,
en el nido de amor y Montserrat tu sueño.

Eras…
la sonrisa de un cuento, en la edad caramelo
-sabor a miel y menta-
y ese declinar en tus ojos parpadeando luz.
-campo de trigo-
Bebo en recuerdos de juventud
Agua cristalina, inmaculada.
Bebo del beso que fue, es y será de mí el único.
Acarició tu nombre, letra a letra.
Abrazada a la gorra de castor,
-tu infancia y la mía-
Alas y pies, hacia el abismo y Montserrat llorando.
Rezo, bruñendo tú lapida…

¡Borra  de mi rostro toda lágrima y retorna a esté iglú permanente, el calor que le disté!

Soy  tu templo y altar…y mi morada.


2 comentarios:

  1. Yo rodeo este poema de rosas muy rojas y a falta de mejor perfume, un sol de amores.

    Te quiero mucho.

    SL

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  2. Te dedico un instante
    un pequeño suspiro,
    este tiempo que mide
    una vida salobre;
    en la paz noble y dulce
    que desciende de ojera
    y nos queda en los labios
    el temblor que sintiera,
    que la vida no pasa
    en tristeza absoluta
    ni tampoco nos vence
    el instante que abruma,
    pero sí una flor
    o la lápida triste
    del recuerdo guardado
    del que fue
    y no existe...
    Porque sólo se queda
    por el pecho guardado
    y en la sangre que lleva
    el amor que les diste.

    Mi abrazo para ti. Elisa

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