miércoles, 2 de septiembre de 2009

Truhán



...a mi Yaya Yrene.

De fieltro cubres tus canas, al cuello corbatín de seda usada,
almidonada camisa, traje negro con solapas.
El tiempo llevas colgando del chalequillo de rayas,
tienes el porte estirado del individuo con labia.

La usura brilla en tus ojos, tus dedos garfios de urraca.
Se balancea soberbio un habano, con la vitola sobada.
Cabalgan en aguileña los binóculos de nácar
una reliquia obtenida al desliz de una subasta.

Con presteza y arrogancia mueves al ritmo del viento
tu figura engalanada, un nardo adorna tu pecho
que quiebra un poco tu estampa.

A tu paso los chavales huyen como si del mal gozaras.
Las vecinas con recato cubren la mueca burlada.
Eres el galán caído, eres un perchero en danza.

Al Mesón de Don Anselmo, acudes cada mañana.
Café con churros calientes, la prensa que no cuesta nada.
_Hoy no pago_ dices seco, a la chica de la barra,
te regodeas por dentro _ Que Dios te lo pague chata_.

De amigos pocos te quedan, sableaste hasta a las ratas.
Ahora luces en tus dedos, doradas muestras usadas.
Por ti cayeron las viudas, las solteras, las casadas,
arruinándose contentas con tus palabras mojadas.

Usurero de monedas, de corazones, de camas…
Aunque presumas, tu clase, tu dinero, tu prestancia,
no le llegas al más pobre, ni al esparto que le calza.
Tienes muy relleno el saco, pero muy vacía el alma.

glòria

1 comentario:

  1. ¡Genial! Es buenísimos y el remate lo resume perfecto. Te felicito y muy encantada de darme este placer d entrar a tu blog y dejarte mi cordial saludo amigo y algúnos versos sentidos.

    Con todo mi respeto y cariño. Una "ranita Azul".

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