
En cara de fiesta dos ojazos negros,
pintados colores, boquita de ensueño.
(Su pelo erizado recuerda el encuentro)
Manos deseosas pidiendo unos euros.
En sabanas ocres vendiste tu cuerpo,
a veces cariño al rato tormentos.
Oficio de damas que rinden sus sueños
a hombres deseosos de amor por un tiempo.
Sentada en un banco admirando el cielo.
Rogando a la luna, con rostro risueño.
“Que cuide, tu talle, tu boca, tus senos…”
Llega tu poeta, con su paso ebrio,
recoge tus besos, los fija en sus versos,
te toma la mano, te dice: “te quiero”.
Eres tú su musa, su ilusión, su puerto…
Recostada al lado admirando el cielo.
Te sientes princesa y ruegas de nuevo.
“Que cuide, tu talle, tu boca, tus senos…”
glòria
Hola
ResponderEliminarmuy bonito, la verdad,
además la llegada del poeta es capaz de transforma unas paredes desconchadas y un colchón con muelles rotos, dejando un suave campo de flores
eso eres tú
un abrazo
El poder de la palabra puede ser irresistible, incluso cuando ya no hay sueños...
ResponderEliminarMil besos guapa.
Marian
José Jaime...
ResponderEliminarMuy agradecida, bellas palabras le dedicas a estas humildes letras.
Saludos
glòria
...hasta en el dolor, brilla en el Amor.
ResponderEliminarDe las pequeñas cosas, nacen los sentimientos más grandes.
Besos Mi Niña.
glòria