Oigo…
Tú brisa, recostarse en la almohada y susurrar “te quiero”
mientras el “eider” se empapa de un mar en tormenta.
Sus plumas me acarician,
como si fuesen dedos en presencia
y me hablan de cómo vive un sueño
atrapado en la duna inamovible,
cómo laten sus granos,
cómo gritan tu nombre, en el desierto.
Y oigo, sí…
El murmullo de un poema oculto tras la bruma,
fundirse en comunión,
en uno.
Si, dime.
¿Cómo decir amor, sin pensarte?
¿Cómo amanecer, sin tu miel de caricias?
Oigo…
Desbordarse en cauce seco mis labios,
besando ausencias,
sonido monocorde mi voz.
Nombrándote.
Dime…
Es necesario desandar, desaprender
y morir a todo lentamente
o tomar la pluma que bordo con gótica
tu alias a mi piel
y escribir el verso más sublime
Dime…
Tú sabes de versos sublimes, Gloria, y todos los alias se pronuncian en tu nombre.
ResponderEliminarBesísimos
Marian
...mi Lady, gracias por estar siempre a mi lado.
ResponderEliminarEres maravillosa.
besos de duende a millones.
glòria